Vuelven las
ligas importantes. Todos los equipos de ligas de gran nivel europeas, si es que
no han iniciado ya sus competiciones domésticas, preparan ya lo que será una
temporada exigente. Para unos, el desafío es repetir o competir el título;
otros, Europa; y otros, evitar el descenso. Pero para un equipo en particular
esta temporada es vital. Es la que puede marcar el paso de una era oscura a los
laureles del éxito. Un fracaso este año podría ser la estocada final.
Y este
conjunto, con una situación tal melodramática cómo una obra de teatro, se llama
Hamburgo, y es el único club que no ha descendido a la 2. Bundesliga. Ya
conocido por todos, pero para sus hinchas es un orgullo poder decir que estarán
en la 53ª edición de la Bundesliga. Parece mentira, pero poder decir esto a
días de comenzar la temporada es el sueño perseguido durante todo el 2015.
Sin embargo,
de cara a prepararse para lo que será una participación rodeada de gigantes
cómo el Bayern, Wolfsburgo o Dortmund, se podría decir que la base es muy
parecida al equipo que, con los goles de Marcelo Díaz y Nicolai Müller, dejaron
en la cuneta al Karlsruher para mantenerse en Primera. Incluso, se podría
argumentar que el equipo pierde profundidad de plantilla o que hay menos
calidad.
El gol de Marcelo Díaz al Karlsruher, histórico. |
Los refuerzos
que han llegado han sido sustitutos. Se fue Westermann, pero llega Spahic. Se
fue Behrami, pero llega Ekdal. Se retiró Jansen, pero llega Sakai. Se habla de
Malcom, extremo de Corinthians, cómo reemplazo de Julian Green, cuya
participación fue escasa y no contó ni para Slomka, ni para Zinnbauer, ni para
Labbadia. Y por último, para añadir aún más juventud al conjunto hanseático,
Halilovic podría llegar cedido cómo reemplazo de un Rafael van der Vaart cuya
aportación brilló por su ausencia.
Con todo esto,
la pregunta que un hincha cualquiera de la Bundesliga o del fútbol en general
que no conociese al Hamburgo probablemente sería: “¿Y cuál es la mejora?”.
Sobre todo, tras ver cómo varios equipos cómo el Stuttgart o el Hertha, que el
año pasado rozaron las posiciones bajas de la tabla, se están reforzando bien y
no están teniendo tantas bajas significativas. Incluso, lograron la salvación
con más soltura que los hamburgueses.
Halilovic ha sonado como reemplazo de Van der Vaart |
Aunque venga
mucho potencial económico (no hay que olvidar que el estadio volverá a llamarse
Volksparkstadion, sin tener ingresos de patrocinio) gracias a la compra de un
multimillonario, todavía las arcas están un tanto maltrechas, debido a la deuda
de 100 millones de euros. Por lo tanto, no se puede permitir grandes refuerzos.
Y, a pesar de esto, existe ilusión.
Las esperanzas
recalan en que, al fin, se ve un proyecto de futuro con Labbadia en el banquillo,
algo que años atrás no existía. El tramo final que Bruno consiguió con los “dinosaurios”
convenció a la afición, a pesar de rozar el descenso en Karlsruhe. Además, se
espera mucho de varios jugadores que pasarán una temporada más en Hamburgo,
cómo Marcelo Díaz, Djourou, Ostrzolek, Lasogga o Holtby, repescado
definitivamente del Tottenham. Añadido a todo esto, la vuelta definitiva de
René Adler cómo portero de garantías es una de las mejores noticias que el
conjunto alemán ha podido recibir en el año, junto con la salvación.
Adler, ante la campaña de su retorno |
El viernes, sin embargo, el inicio será durísimo ante el campeón, el Bayern, por lo que las primeras fechas se antojan difíciles. En el computo global, no se puede
esperar que el equipo vuelva a Europa, porque a pesar de que se ve comunión entre
plantilla, afición y entrenador los fantasmas del descenso no han abandonado
Hamburgo todavía, aunque los avisos están más que aleccionados. Sin embargo, sí
que se puede exigir un equipo digno; un equipo que haga honor a la historia
tanto propia cómo de la ciudad. Y así, el dinosaurio quiere pasar a ser “fénix”,
cual ave, y resucite para volver a ser el que era.
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