Bella y bestia son

Años y años. Eso es lo que está durando el debate entre los dos colosos del fútbol mundial. De los mejores (con permiso de otros como Zinedine Zidane) del siglo XXI. O incluso, dos de los mejores jugadores de la historia. Tan antagonistas como poderosos en el terreno de juego. Con tanta repercusión, por hacer un simple acto o por no hacerlo.

Es evidente que hablamos de Leo Messi y Cristiano Ronaldo. No se puede escribir nada de lo cual no se haya hablado con anterioridad.  Sin embargo, las cifras y toda la repercusión no dejan ver lo que muchos creen que será eterno, que no habrá nadie como ellos, y es hablar de su legado. Sí, parece absurdo que a menos de 48 horas de un partido que no tiene por qué ser decisivo en el desarrollo del campeonato, pero sí trascendente (Rudi García, Juve-Roma dixit).

¿Por qué hablar de esto? Porque sin duda es algo necesario. Y sobre todo, porque esto marca los dos estilos. Y como no podía ser de otra manera, aquí también va a entrar el Atlético de Madrid. La frase de Jorge Resurreción, ‘Koke’, centrocampista del club colchonero, puede resumir posiblemente la intención de la redacción de este manuscrito. Textualmente: “Cristiano es un atleta, pero Messi es Dios”.

Sin entrar en temas como una posible herejía, porque aquí no interesa entrar a debate, esto resume perfectamente (bajando el calificativo desmedido de Leo) lo que uno y otro son. Y lo que su legado depara. Cual Ronaldinho Gaúcho, Johan Cruyff, Maradona o Laudrup, Messi es magia. Magia se queda corto. Hace jugadas que quedaran para la posteridad. Hace goles imposibles. Hace lo que todo aficionado quiere cuando paga los 80€ de su entrada en Tribuna del Camp Nou: que salga maravillado y que luego cuente a sus nietos esa jugada de ese jugador ante ese equipo.

Y Cristiano. ¿Cristiano es buenísimo? Claramente. Buenísisimo incluso. Se nota sobre todo en una estadística: en las cinco temporadas anteriores al portugués, los merengues promediaban 70 goles por temporada. Con Ronaldo, promedian alrededor de 105. Una brutalidad. Posiblemente, los mejores números de un jugador de fútbol en toda la historia son pertenencia del ex del United. Ahora lleva 15 goles en siete partidos jugados. Basta decir más….sobre sus números.

Foto: AP

Ahora, ¿es CR7 mágico, como Messi? ¿Es un jugador que hace lo imposible, dentro de la técnica individual, en el sentido de ilusionar a un aficionado? Si el de Madeira despareciese totalmente del panorama futbolístico ahora mismo, ¿lo recordarían los aficionados con un cariño real, como el que tuvieron los culés con Ronaldinho? Posiblemente, dejase una sensación de necesidad, porque los números del Real Madrid bajarían, siendo honestos.

Pero no es una sensación real de conexión. Cristiano, como deportista, es una maldita brutalidad, y probablemente por condiciones pudiese haber sido lo que en gana le hubiese venido. Messi, sin embargo, es una absoluta ferocidad de futbolista. Tendrá rachas malas, dejará de meter goles, pero en el recuerdo dejará una sensación de nostalgia, propia de esos momentos en los que se recuerda la niñez. Esos recuerdos mágicos e iridiscentes. Y no me canso de mencionar a su antecesor en el Barcelona, al anterior 10. Aquel 10 que “abdicó” antes de tiempo de su corona y que, sin embargo, dejó huella en solo cinco años, incluso con actitud pasiva fuera y dentro del terreno de juego.

No es ni mucho menos una crítica a Cristiano Ronaldo. Es imposible criticarle. Es el artífice junto a muchos otros de la Décima Copa de Europa blanca, de registros históricos y de mucho más. Lo que ocurre, es que son los futbolistas creativos los que creaban cariño. No aquellos con los registros más impresionantes, si no en llegar a pensar que ha hecho algo que no se le ha ocurrido a ningún ser humano en la historia. Y eso, créanme, es algo impagable.

Bella y bestia son, y las características de uno y otro se verán las caras en el coliseo madridista, parando España y Europa a partir de las 18.00. Dos estilos realmente válidos. Y que pueden presentar momentos históricos, en una batalla colosal por la liga, en la que también está (otra vez) el Atlético y pueden estar Sevilla y Valencia. Atleta contra futbolista. Que empiece el partido.